07 Jun
Redacción: Fabiola González
Fotografía: Jesús Adán Rincón
Conocido por sus compañeros, profesores y amigos como Beteto, este joven de 16 años, cursante del Quinto Año de Educación Media General, se posicionó durante el año 2012 en el primer lugar de la categoría Sub-16 del tenis venezolano, gracias a su constancia, dedicación y entrega hacia este deporte.
Integrante de la Familia Roblista desde Primer Grado, es en el Liceo donde se desempeña como jugador activo de otras disciplinas, aparte del tenis, en donde comparte y disfruta al máximo con los amigos y compañeros de clase, por lo que con nostalgia confiesa no querer despedirse de Los Robles luego de tantos años, aunque desea convertirse en ingeniero.
Es el segundo de una familia de cuatro hermanos, resultado de la unión de sus padres, Ana Lorena Márquez y Guido Gómez, por quien se inclinó hacia la práctica del tenis. Deportista hasta la muerte, Betetoafirma que por el tenis sacrifica gran parte de su tiempo y deja a un lado muchas actividades que un joven de su edad haría normalmente, pero aún así intenta sacar tiempo para compartir con sus familiares y amigos.
¿Cómo te iniciaste en el mundo del tenis?
“Todo comenzó por mi papá; él toda la vida ha jugado tenis, yo lo veía jugar y me llamaba mucho la atención el deporte. Comencé en clases de tenis a los cinco años y casi siempre practicaba con mi papá, esa era la forma de compartir con él porque a los dos nos gusta demasiado este deporte. Luego poco a poco me fui dando cuenta que si me proponía podía llegar lejos y hasta ahorita estoy satisfecho con lo que he hecho”.
¿Cuál crees que ha sido tu mayor logro hasta ahora?
“El que siento que ha sido mi mayor logro fue representar a Venezuela en el Sudamericano el año pasado (2012) en el cual quedamos sextos, fue un orgullo para mí”.
¿Cómo crees que Los Robles te ha ayudado en tu proceso de formación como persona y como tenista?
“El colegio siempre me apoyó, no me pusieron ningún inconveniente cuando debía ausentarme de clases por alguna competencia fuera de la ciudad, me alentaban siempre. Hay algunos profesores que conocen profundamente el deporte que me ayudaron más en la parte psicológica como Arturo Medina, que me han ayudado a seguir adelante en los momentos duros, los bajos, siempre dándome las herramientas para seguir adelante. También el profesor Martín Azócar, con quien llevo una excelente relación, él está pendiente de mí en todo: me llama cuando viajo, cuando falto al colegio… es como otro papá. Le agradezco demasiado a ellos y a todos en el Liceo”.
¿Algún mensaje o consejo a aquellos que desean adentrarse en el mundo del tenis o de cualquier otro deporte más seriamente?
“Que se propongan desde ahorita las metas para que empiecen a trabajar por ellas, que no se rindan, este es un deporte que es una montaña rusa: a veces estás arriba, a veces abajo pero casi siempre cuando se está abajo las personas se sienten mal y se rinden, no lo hagan, uno tiene que tratar de mirar siempre hacia adelante porque en cualquier momento vas a volver a subir, el tenis es así”.