07 Jun
Redacción y Fotografías: Jesús Adán Rincón
Convencido de que el Liceo Los Robles posee los cuatro pilares fundamentales que debe tener cualquier institución educativa –una buena educación académica, religiosa, que desarrolle valores y donde se fomenten las actividades deportivas– Andrés González Crespo, antiguo alumno y actual padre del Liceo, no dudó en ningún momento darle la posibilidad a sus hijos de recibir la misma educación que él.
Alumno de la Cuarta Promoción de 1981, se siente afortunado por haber vivido el crecimiento acelerado de las instalaciones y de la educación del Liceo; fue alumno fundador, estudió un año en la primera sede y luego él y sus compañeros pasaron a la sede actual. De ser un colegio pequeño que contaba con sólo seis profesores, se siente complacido de poder ver en la actualidad dos edificios con aulas de clases, un salón de usos múltiples, un oratorio, diversas canchas deportivas y un ciento de profesores.
Andrés González es Abogado, egresado Cum Laude de la Universidad Católica Andrés Bello en 1986 y desde entonces trabaja en el ejercicio de la profesión, ocupando cargos ejecutivos en Empresas Polar a nivel nacional.
¿Recuerda a alguna figura influyente en su educación?
“Nuestro Director fundador fue el profesor Alberto Otero Silva, quien estuvo acompañado y hacía excelente equipo con figuras legendarias como los profesores Oswaldo Pulgar y Fernando Vizcaya”.
“El profesor Vizcaya fue mi tutor por muchos años y una de las personas que se responsabilizó de ser el coordinador de nuestra formación, conjuntamente con nuestros padres. Siempre se interesó en cómo ayudarte, no solo académicamente, sino como persona, te llegaba a conocer profundamente y te guiaba para que crecieras cada vez más. Con mucho profesionalismo y delicadeza, siempre te aconsejaba para que trataras de dar el máximo y para que, de alguna manera, rompieras tu propio esquema de lo que podías hacer. Te invitaba a asumir retos constantemente, a hacer sacrificios sencillos todos los días, y a ofrecer espiritualmente ese sacrificio: “calladamente, aquellos que más te cuesten”, nos decía; es una persona a quien le tengo mucho aprecio y a quien le debo mucho”.
¿Por qué decide también ser padre del liceo y no probar con otra educación para sus hijos?
“Para mí no había ningún tipo de duda. No sólo por el hecho de que es muy importante una buena formación académica, parte esencial en un mundo tan competitivo y globalizado como el actual, que se encuentra en constante movimiento, sino también por el hecho de que, a la par, es de extrema importancia la educación espiritual, soportada en la formación de valores morales y espirituales, y en la formación religiosa, ya que ambas van de la mano. Los Robles es una institución educativa que te ayuda a cultivar tu parte espiritual, para mí, eso es esencial. El tener la oportunidad de ver constantemente a un sacerdote y que vayas a misa, que puedas confesarte y hablar con él, los niños al principio no lo valoran mucho, pero a medida que van creciendo le dan importancia, es lo que noto en mis hijos”.
“No hay duda de que otro punto importante es la parte deportiva. El deporte organizado y en equipo, sin restarle importancia al deporte individual, te ayuda a muchas cosas, porque te obliga a trabajar con el otro, a unir fortalezas individuales en torno a la competencia, y cuando tienes un entrenador que transmite eso, que ayuda a unir todas las individualidades, el equipo gana. Es por eso que la empresa donde trabajo, apoya todos los deportes colectivos, porque en el fondo, queremos transmitir que no hay equipo ganador, sino únicamente cuando todos trabajan conjunta y coordinadamente en torno a un fin”.
¿Cómo cree que Los Robles puede ir creciendo y ser mejor día a día?
“Siempre he pensado que deben seguir con un plan estructurado de formación de profesores, que este tiene que ser continuo y cada vez mejor. Ayudar a los docentes a su mejoramiento académico y humano constante, así como en el manejo de las nuevas tecnologías y métodos de enseñanza. En la relación profesor-alumno, lo ideal es que el alumno sienta una admiración académica y de respeto por el profesor, estos deben estimular a los muchachos a que busquen siempre la excelencia”.
Como trabajador de una institución privada, ¿qué importancia tiene para usted una empresa y un colegio privado en un país?
“Existe la educación privada como mecanismo alterno a la educación pública. Hay colegios públicos que son excelentes, de hecho, entiendo que un gran número de profesores de Los Robles son profesores de instituciones públicas, y eso quiere decir que tienen los mismos métodos de enseñanzas”.
“Siempre he defendido a la empresa privada en general, ya que un país no puede tener progreso sin una empresa privada socialmente comprometida, porque esta permite que haya prosperidad, crecimiento, una sana competencia y donde el esfuerzo es reconocido. Además, permite al trabajador desarrollarse profesional y humanamente. Si llevamos esto al tema educativo, creo que Los Robles es una institución socialmente comprometida con sus profesores y personal administrativo y obreros”.