12 Ene
Con 40 años dentro de la familia roblista, Marco Antonio Castellano Espinoza vivió la génesis del Liceo Los Robles en 1973, año en el que ingresó a formar parte de la fila de profesores que se encargarían de preparar alumnos bajo los principios y valores que defiende AYSE.
Formado como maestro y pedagogo, Marco Castellano es profesor integrador en el área de Lengua y Literatura, y afirma que uno de sus principales trabajos dentro de las aulas era la lectura, plan que luego se volvió externo y más amplio.
A lo largo de su trabajo en el Liceo, ha desempeñado varios cargos, pero admite que disfruta plenamente el trabajo con los niños más pequeños y que no se interesó mucho en impartir clases en bachillerato, pues se sentía feliz formando alumnos desde sus inicios en la etapa escolar.
¿Cómo se integra al equipo de Los Robles?
“Comencé trabajando en el Liceo en 1973, a los primeros días del mes de septiembre. En aquel entonces el profesor Alberto Otero, quien era la persona encargada de formar el Liceo, hizo una preselección de maestros en base a recomendaciones de amigos suyos que eran profesores de los institutos de Maracaibo, por lo que se hizo una escogencia de maestros que cursábamos el último año de carrera. Hicimos unos cursos introductorios y luego arrancó el colegio; desde ahí empecé a trabajar en el Liceo”.
«LO QUE MÁS ME HA GUSTADO DE LA EDUCACIÓN ES TRABAJAR CON LOS ALUMNOS MÁS PEQUEÑOS”
A lo largo de 40 años seguro ha ocupado diversos cargos, ¿cuál ha disfrutado más?
“He sido profesor de aula de todos los grados en primaria. Estuve un tiempo coordinando la parte básica también, de Primer a Tercer Grado. Pero lo que más me ha gustado es trabajar con muchachos pequeños. Me he mantenido en los grados más bajos, primero y segundo, sobre todo segundo. Tengo muchos años trabajando en Segundo Grado y jamás me llamó la atención trabajar en bachillerato, me gusta el trabajo con los alumnos más pequeños”.
¿Cuál cree que debe ser el papel de profesores experimentados frente a los que van empezando en este reto de educar?
“Siempre he sido muy abierto en ayudar al profesor que vaya entrando. Uno se hace es trabajando, no se hace simplemente estudiando. En el estudio uno aprende todo lo teórico que hay que implementar, pero como realmente se hace un maestro es dentro de un aula de clases, directamente con los alumnos. Hay cosas que los profesores jóvenes por la poca experiencia no saben, y es el deber de los que tenemos más experiencia el ayudarlos, aconsejarlos sobre distintos aspectos como la disciplina, el respeto en el aula, y otras cosas necesarias para tomar las riendas de un grupo de muchachos”.
¿Qué significa Los Robles para usted?
“Mi vida. Media parte, o más, de mi vida la he pasado en el Liceo. Los Robles me ha dado todo lo que tengo, me dio la oportunidad profesional al principio de mi carrera como maestro. Siento que he podido echar para adelante gracias al apoyo y el trabajo en el colegio”.
¿Qué tiene Los Robles que lo diferencie de otros colegios?
“La diferencia primordial es que le prestamos mucha atención a los muchachos. El trabajo de todos nosotros en el Liceo se hace prácticamente encima del alumno, para así conocerlo y ayudar a las familias en lo que necesiten. Lo que se hace y se piensa es en base a las necesidades y los requerimientos del niño, en pro de ayudarlo a mejorar cada día; eso es lo bueno del liceo. Los Robles mantiene la ayuda de los tutores que realizan ese trabajo junto con el maestro, eso es algo diferente de cualquier otro colegio”.
Redacción: Fabiola González
Fotografías: Jesús Adán Rincón