31 Oct
El regreso a clases tiene una connotación mucho más profunda que el sólo hecho de volver al Colegio. Significa socializar, encontrarse con los amigos, compartir y aprender de las vivencias diarias escolares, lo que en cierta forma, le da sentido a nuestras vidas.
Cada día que pasamos en el colegio nos nutrimos de experiencias nuevas que van enriqueciendo nuestra personalidad a través del proceso de socialización y esto indica, por lo general, crecimiento. Sin embargo, además de lo descrito anteriormente, la escuela nos brinda la oportunidad de formarnos, de educarnos y de ir adquiriendo los conocimientos necesarios para que un futuro muy cercano seamos capaces de valernos por nosotros mismos como profesionales, personas exitosas y de bien.
Así pues, estimados jóvenes, enfrentemos el futuro con alegría, con ganas, decisión, fuerza, entusiasmo y lo más importante, confianza en nosotros mismos. Recuerden que los verdaderos amigos de enseñanza son nuestros Padres, confiemos en ellos, son los únicos que estarán a nuestro lado en los momentos difíciles de la vida. Es justo mencionar que los profesores son una extensión de nuestros padres, no en un sentido de afecto familiar, sino más bien, como apoyo, ayuda para afianzar los valores dados en el seno del hogar; ante tales circunstancias, procuremos una buena relación, seamos respetuosos, atentos y cordiales, pues esa convivencia armoniosa mutua hará mucho más agradable y productiva nuestra estancia en el colegio; de tal manera que juntos podamos enfrentar con alegría las dificultades.
Por último, no nos olvidemos de Dios, ya que en esa suprema e íntima relación con ÉL seremos más fuertes y completos como personas, en la posibilidad cierta de ser ejemplo, y al mismo tiempo dar luz a los que están más cerca de nosotros. De ahí, una de las máximas de Camino nos dice: “Sé útil, deja poso, ilumina con la luminaria de tu fe y de tu amor”.
¡Una vez más, Bienvenidos!
Dacio E. Medrano